Hay instantes en la existencia cuando todo sucede tan velozmente...
Cuando el yo nos hace presa de todo nuestro materialismo contenido...
Cuando las voces pueden herir como espadas que cruzan lo más insondable del alma...
Ahí en ese momento en que todo parece concluir...
...es inexcusable no detenerse e intentar hallar el silencio...
Desde ayer vengo escudriñando ese momento místico...
en realidad, desde hace mucho mas cuesta hallarse con uno mismo, más que con cualquier otra alma, cuesta dar con ese estado de paz que te permite reposar y manar en el vacío...cuando la vida es tan vertiginosa, cuando el ir y venir invariable te encandila, cuando no queda nada mas que decir...
Y respiro sosegado y me dejo dilapidar por esa energía enorme que me contiene y me relaja y me centra en lo que preciso, en lo que soy.