Cuando la brisa nocturna
Te nuble los ojos,
Y el viento helado
Llegue a tu piel,
Arrebatándote todos tus sueños.
Cuando sientas que el dolor,
Y la desilusión ha colmado tus huesos,
Y tu humilde corazón.
No desfallezcas,
Siempre existe una luz y una esperanza,
En todo corazón mal herido.
Basta con presenciar la sonrisa de los niños,
Un cielo estrellado,
Un amanecer y un atardecer,
Una bandada de aves emprendiendo su vuelo,
Una variedad de múltiples paisajes
Para darnos cuenta que la gratitud y la esperanza
Van siempre enlazadas de la mano.
Por eso hay que recordar siempre,
Los variados caminos que se han recorrido,
Y los buenos amigos que se han hecho en el camino,
Y la maravillosa huella que has dejado al pasar.
Y como la vida es una aventura,
No hay que olvidarse del camino que falta por recorrer,
Y este puede estar lleno de sorpresas inesperadas,
Y si nos atrevemos a vivirlos con entusiasmo y alegría,
Quien sabe que sorpresas y nuevas emociones nos tocará vivir.
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