“Rezagos de una vuelta, de la vorágine incomprensible, de la noche inagotable.”
…Como decir te amo si mis palabras no viven, si en la noche nos separan y en el día desapareces como los sueños que dejan su rastro continuándose en el aroma diurno.
…Como decir te amo liberando al viento palabras que no dibujan universos, que son sólo mentiras; si en mis ojos socavas el temor percibiendo la inmensidad de la verdad.
“Son espacios perdidos los que albergan el taciturno suspiro descolgados de anhelos ejecutados.”
Hoy más que nunca
grito tu nombre
en el espeso viento
entre nubes moribundas.
Mis brazos caen
abanicando sueños
perdidos en lo alto
del imposible.
Hoy te necesito
y quizás no sepas,
perdón si muero
sin decir adiós
Sin decir te quiero.
“Quiera la vida sentir lo que siento, dejar de ser ella, olvidándose de respirar.”
…Avanzo en la oscuridad, soy ráfaga de viento que mueve las hojas moribundas a su paso sigiloso. Un silencio que no duerme, que se aferra a todo ser.
…Muevo mi cabeza en el vaivén de los recuerdos, acerco el pasado al presente llorando lo mismo incontables veces. Soy el mismo de ayer, soy agua vertida en el río del eterno retorno. Vacilo entre secos troncos, crujidos, chirridos, sonidos pesados en balanzas rotas.
…Soy un suspiro en la realidad, entreverado en tus cabellos, girando en tu cuello, durmiendo en tu boca, saboreando tu piel, sintiéndote lejana a mí.
…Que inmensa y dolorosa es la vida, la realidad que me eligió para amarte en el silencio de las noches, en los pliegues de la luz. Avanzo en la noche mortecina, callado, tímido a tus ojos encendidos.
“Un suspiro azul filtra de mi pecho una razón que no sabía, ya es pasado aquel cigarro…ya es pasado.”
Las manos en los bolsillos
de un abrigo opaco
aprietan el vacío tibio
aferrándose a él.
El rocío cae danzando
sobre mi rostro
trazando grietas,
resaltando el llanto
que apenas logro contener.
Camino por senderos oscuros
en un atardecer de invierno,
con la mirada perdida,
¿Solo la mirada?
El viento sopla susurros
entre ramas desnudas,
de mis labios escapa
el tibio azul del cigarro
muerto ya en mis manos
dejando atrás un anhelo,
dejando atrás mi vida.
Pd:
Ver las veces que he caído de la noche a tu recuerdo, rasgando el silencio en llanto; basta para llenar las tumbas de incontables versos perdidos.
El el abandono grito tu nombre, las paredes se quiebran, los ecos de mi lamento se perpetúan en el silencio inquebrantable de una noche prófuga del amanecer, sólo en mí la oscuridad se duerme, abrigando con su frío el amargo sabor de palabras que mueren sin vivir.
|