El viento de la guerra desató sus alas para liberar lo inexplicable, mientras la imagen de un soldado navegaba expuesta y desangrada bajo las órdenes de Dios.
Padre nuestro
Sus manos se aferraron para comulgar bajo un infierno de sermones, hasta que el cura declinó su hipocresía y partió sin él.
Amores
La pasión lo envolvió vertiginosamente, mientras se desataba del verdadero amor.
Ana Cecilia.
Texto agregado el 04-04-2003, y leído por 358
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