Vengo de bañarme en un río de vino tinto vengo de andar orinando muros públicos y vertiendo líquidos gástricos en las puertas de los Bancos. Vengo de hacer trámites bancarios confidenciales y de redactar un poder notarial en una oficina gris. No vengo de ninguna primavera de ningún cielo y no me trajo viento alguno: sólo vivo en Santiago. Santiago mi grande y única ramera, ¿como no haberte amado de antes cuando vestíamos uniforme escolar? ¿Por qué me volví un bandido entre tus noches por qué asalté tanto bar y tanta botillería? ¿Será ése el fin de todos los que somos de por acá: cada uno de nosotros irá cayendo glorioso en una gota de smog? ¿Era esto lo que había reservado para nosotros? ¿Por qué los que tienen menos no andan estresados? ¿De qué se iban a estresar? Vengo de emborracharme con la noche estuve tirando dados para probar fortuna fume del aire de otros que fumaban junto a mí reímos descontrolados como ríos en pendiente tiramos alguna lágrima por algún recuerdo querido. Vengo de amarte mi ciudad ramera con el sabor amargo de tus labios con los hedores de tus barrios comerciales con los colores irreales de los Mall y Megacenter.
Texto agregado el 26-08-2008, y leído por 146 visitantes. (3 votos)