El primer sueño que tuve fue el de mi propia muerte. Bueno, en honor a la implacable verdad, es el primero posible de describir con facilidad, pues tuve otros antes, aún estando en el cuerpo de mi madre. Según los entendí, podrían ser relativos a una oscuridad llena de luz, o a un cuento sin palabras. Mas tarde, en mis sueños me observé viejo, asistiendo a funerales de desconocidos, mismos que en otros aparecían convalecientes, y mas adelante, se veían sorprendentemente joviales. Entre estas personas me impresionó una mujer muy hermosa, y me extrañe de ser yo quien mas la hubo de llorar en su lecho de muerte, entre mis sueños. Poco tiempo después la conocí con la ausencia de los años que cargaba en las noches. Mi confusión era total, no podía ser normal lo que me sucedía. Los meses se sucedieron rápido, y ellos mostraban, en el mundo onírico, a ella, siendo la madre de mis hijos y cumpliendo metas que apenas si me he atrevido a imaginar. Se nubló mi mente por completo hasta este momento, ya que ayer soñé que mañana iba a soñar que hoy estaría escribiendo, lo que estoy escribiendo.
Le doy las gracias a quien corresponda por haberme permitido descubrir el punto exacto en el que mis sueños se transforman en recuerdos, y por un lado estoy bien, luego que ya se como terminará mi vida, mas por el otro estoy asustado, por que estoy casi seguro que no podré volver a dormir tranquilo.
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