Es obvio que las estelas que en el camino vas dejando, no las borran ni el tiempo, ni la distancia. El que no las veas, no quiere decir que no existan... están, existen. Hay grandes y pequeñas. Algunas de color rosa y otras de sabor amargo. ¡Nadie te dijo que iba a ser fácil! Su tamaño no es importante, solo vale la fuerza y el cariño con la que las he hecho. Te preguntas cuando es hora de escribir ese libro, peinar una niña….regar el árbol ¡Adelante! No te pares en el camino a observar. Simplemente mira por el retrovisor y sigue avanzando, haciendo brilla esa estela con tu propia luz. P.D Tu tiempo y tú vida te concierne solo a ti.
Texto agregado el 24-08-2008, y leído por 310 visitantes. (21 votos)