CUANDO MUERA LA JUVENTUD


Cuando mire de soslayo
y sea mi propia desconocida
será la vejez, esa irremediable,
quien opacará la luz de mis días.


Cuando muera la juventud
seré una larga despedida
una lenta espera sin prisa
en lo veloz que todo lo aniquila.


Desde la hondura de mis huellas
surgiré más humana todavía.


Tomaré del goce lo que queda:


el sabor rojo de las cerezas
el aroma festivo de los azahares
el rumor del mar en su letanía


y de los recuerdos atesorados
tu voz cada vez más nítida
pidiéndome desde la sinrazón:


-¡No te detengas, mi vida...!