El que piensa en dejar es que tiene miedo de quedar solo, de verse envuelto en ese manto negro de tristeza que queda despues de haber intentado algo y haber fracasado, o quizas, solo quizas, de haber ganado pero al ser suficientemente bueno para la victoria, se debe dejar ir.

El que piensa en mañana es que tiene miedo del hoy. Duda enfrentarse a esa pared que le agobia por el solo hecho de pensar que esta alli al frente, justo a la altura de su mirada, inquieta, inmovil, esperanzada en que ese pequeño hombrecito al frente de ella se decida sobrepasarla.

El que ruge de dolor por dentro es que tiene miedo de llorar. De desahogarse hasta ahogar los mares con sus lagrimas, hasta perderse en ese liquido y convertirse en el mismo. En rugir por fuera.

El que calla es mas sentimental que el que llora, porque el que calla, llora por dentro solo. Ya estoy harto de ser sentimental, de callar al punto de tener que rebentar en otros tantos. Drogas, sexo, alcohol, y perdido yo en la misera mientras callo. Hoy mejor lloro y me convierto en lagrimas y voy de paso hasta el mismisimo infierno en el oceano que la vida me ha traido.

La tragedia es solo tragedia si es concebida como tal y mi vida ha sido bendicion tras bendicion, como podria quejarme de lo que tengo?, porque razon debo llorar entonces?, solo es que no aguanto esa pared del hoy al frente mio, solo es que tengo miedo de morir solo una vez mas, solo es que soy un malagradecido, un hipocrita, un falso, un mentiroso, y pensaba yo que habia superado esas condiciones.

Esos no son condiciones y nunca se superan, son estigmas que yo mismo me he creado y que estan tan tatuados en mis entrañas que ni la mas fiera brasa podria borrarlos para siempre. Alli estaran ellos dentro de mi, el miedo, la hipocresia, la mentira, la falsedad, la vida a la que todos huyen, el mismo infierno en mis visceras.

Aqui me quedo con lagrimas en mis manos, ya se desplazaron por mi rostro, ya terminaron de salir y mueren en mis manos. Basta de tragedia por hoy, volvamos a la maldad. Señor psiquiatra, no le cuente a nadie de mi debilidad por el amor y el desamor, de mi miedo a la soledad.

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Y el psiquiatra le contesto:
"Vaya tranquilo, señor demonio,
los secretos de Satanas,
de mi boca no saldran".