El tul flagelante de la noche inverosímil y obstinado,
es un fugitivo misceláneo,
retuerce tímidamente sus encajes estelares,
es estallado esplendido por su propia savia,
la coraza salta y se retuerce,
los nudos se estremecen,
su boca cae como un gajo de uva,
reventando en la tierra
sabores,
pepillas y dulces esplendidos,
la magia de los corazones
se tuerce
y retuerce
arrimada al segundero
en este momento que las palabras
están derretidas al fulgor del sonido
que estallan en el aire
al pronunciarlas montones de cuerpos
rojos,
amarillos,
color fuego
juegan en el hondo silencio
del tumultuoso espacio sonoro
el corazón se va desgajando
de apoco junto a los andamios de la tibieza
y el pulso taconea grave
conjuntamente a las pestañas
que se agitan nerviosas.
De a poco se van desgajando los mil rostros
y el que era antes es una neblina
en medio de una neblina mas densa
y la respiración es un coagulo
de vapor en la bruma
que helado perpetua y corta
esta densidad húmeda y gris