Era tarde. Nerea batía su pelo y se corría sutilmente el rouge con dedicación, le encantaba el ritual antes de enfrentar el ruidoso anonimato de las luces.
Como tantas otras, habia matado su televisor a tiempo y planeaba salir en busca de los demonios mientras delineaba sus ojos.
El plan era sencillo, la soledad era fundamental para encontrarlos y ser un blanco fácil, ademas cualquier compañia hubiese sido un estorbo, otra explicación, una pérdida de tiempo.
Ya en camino murmuraba el viejo mantra de invocación que le habia regalado su amigo
-Tengo miedo de la escena de la calle, tengo miedo que en la calle no haya nadie - repetía una y otra vez al sentir sus borcegos crujir en el cemento.
Decidida a brindar con él a la distancia , llego al antro con su cerveza en mano tratando de alejarse del centro de la escena. Nada más que una puerta despintada atestada de gente pujando por traspasarla, aunque aún permanecia cerrada.
Como actriz fuera de foco empezó a dar vueltas manzanas y acampó a la vuelta en cuanto escuchó una rara versión de Saboreando El Piso escapar por un ventana triangular. Ese parecia ser el lugar apropiado para detenerse.
Prendió un cigarrillo y esperó distrayendo al aire con el humo, tampoco era bueno levantar sospechas ni ser vista por rostros familiares.
Error. Imposible detenerse en la ciudad sin ser percibida. Sin suerte, un grupo de extraños evangelistas de la noche la abordó, ver a alguien con remera de Motorhead y publicidades de fe en su mano izquierda pasearse por el medio de la calle era realmente poco común.
- Hola , soy Miguel. estoy trasmitiendo la palabra del Señor que siempre da una nueva oportunidad. Oramos en nuestro templo, en la boca del subte de aca a la vuelta, siempre te podes rescatar como lo hice yo y muchas otras como vos que hemos rescatado con la ayuda del Señor - dijo el de la remera mirando típicamente a un punto fijo por detras de ella. - Yo robaba, tomaba alcohol..
- Gracias, no me interesa - interrumpió ella pero siguió, no se pudo contener - ¿Como salis a evangelizar con una remera de Motorhead? -
El rió, un poco nervioso por la miradas de sus acompañantes pero retomó - No tiene nada que ver, la remera la llevo de antes de conocer al Señor. Yo robaba, tomaba mucho alcohol pero buscaba un cambio en mi vida. Yo lo buscaba sin saberlo
¿Vos no queres un cambio en tu vida? ¿Algo que siempre queres y no conseguis? -
- ¿Quien no quiere conseguir lo que desea? esa no es razón suficiente para volverse evangelista - respondió Nerea sin rascarse la cabeza.
La conversación ya se tornaba a debate sin sentido, Nerea se sabia limitada a entender lo ilimitado y arriezgaba que lo ilimitado tampoco podría entenderla a ella por no sentir sus límites, hasta que un grupo de chicos modernos interrumpió la gran contradicción pensando que los evangelistas eran tarjeteros de la disco del lugar. Situación que la divirtió. Sin pensarlo demasiado manoteó lo volantes de Miguel y les dijo a las cuatro victimas.
- Este lugar es mejor que cualquier disco, aca se escuchan las palabras del Señor, saben, aca se pueden rescatar -
La reacción tardó un asombro y culminó con un - que ? ........ no ! - intuitivo del más alto danzarín.
A lo cual Nerea, sin dar respiro, dijo - No importa, ustedes son mi salvación hoy - tomó su cerveza y se dió a la fuga. Ahora si todo continuaba tal cual lo previsto.
Volvió al antro, estaba abierto !! . El interior era tal cual predecía la puerta, una pocilga, hasta el sonido parecia sucio. El calor insoportable obligaba a tomar algo. Con enorme sacrificio consiguió en unos tragos la sensación de que no fallaria.
La banda que tocaba sonaba terriblemente mal pero compensaba con energia mas convicción. Eran Isabel La Alcohólica los dueños del escenario. Como era costumbre Nerea fue a oirlos de cerca contra la pared. Una puede mimetizarse y perderse junto a la pared, pensaba.
Como profético, ahi estaba lo que buscaba, ahi estaba él. Se podia distinguir en el humo, en la forma en que castigaba su vista o en el dibujo que trazaba su baile y Nerea se entregó. Se entregó hasta que el demonio perdió su poder.
De nada sirvió que le pida su celular. - Los celulares son para acosar niñas virgenes durante la siesta - dijo - y yo ya no soy una niña, menos una niña virgen y tengo sueños que no pueden alterarse.
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