Y pasan las horas en duermevela continua, no es de noche pero sí anochece: quizás es mi sino. Y pasan las horas de letargo eternamente lentas, poco lúcidas y tan constantes en su poca constancia: quizás lo merecen. Y pasan las horas de lejos sin verlas siquiera, acaso no querían vernos y por eso se escondían: es la eterna lucha que sin duda nos atormenta. Y pasan las horas…
Texto agregado el 20-08-2008, y leído por 205 visitantes. (10 votos)