REFLEXION

Hay escenarios lluviosos sobre una herencia solitaria, el invierno se abisma sobre un caballo de madera que duerme su aburrimiento en una vieja calesita rota igualmente, las calesitas ya no reparten su magia en esta actual realidad virtual que nos acecha.
Hilos de ocio invaden todo comienzo y cierran las puertas de cualquier reino soleado y los poetas reclaman estructuras mientras un sabio dijo
“hay que aprender a desaprender”
quizá desaprender sea derrumbar viejas estructuras preestablecidas por pensamientos burócratas y encadenados a las rejas de la mudez

-¿Cómo hallar un hallazgo si no rompemos las reglas?-

Y si pensamos que las mentes mas brillantes de la historia murieron pobres, solos e incomprendidos por su generación, entenderíamos que hay una herencia solitaria que se nutre de escenarios lluviosos para invernar y resplandecer en primavera, claro que, no todos entenderán su canto melancólico, solo aquellos iluminados por el fuego sagrado de la gloria.
Alguien soñó ataúdes de colores deliciosos,
alguien se atrevió a nombrarlos en un poema,
muchas mujeres gordas que entendían la poesía como “las mariposas vuelan, que bellas las mariposas” se escandalizaron al oír la palabra ataúd,
hoy esas palabras brillan como el oro sobre el ataúd de la poeta muerta y seguirán brillando
porque el poeta sabe por magia o sentencia
donde puede brillar una palabra oscura.
Hay escenarios lluviosos sobre una herencia solitaria.
¡Bendita sea la lluvia!¡Bendita la tormenta!
Porque la mariposa existe y hay quien puede verlas bellas, y el ataúd existe, pero solo puede ver su belleza el sublime poeta…