Y ahí parada, con el vaso en la mano, bebiendo cada sorbo lentamente, aspirando el humo de un cigarro, el de la noche y el del karrete a punto de acabar pensaba. Así como lo habría hecho otras veces es que el latente fin de la noche la hacia meditar mas de la cuenta. ¿Y que pensaba?, quizás en la persona que no estaba y ella como nunca notaba su ausencia, percibía que sus miradas no se cruzaban incluso apreciaba que tendría que irse sola a casa.
Se llamaba Ale, y como esas malditas costumbres que uno no puede dejar jamás, siempre terminaban en el lugar más oscuro pinchando y siempre bastaba una mirada para que sus labios terminaran juntos y sus lenguas, mejor no hablar, pensó riendo un poco sonrojada, bebió el ultimo sorbo del vaso y se acerco a donde estaban todos.
- Me voy, creo que ya es tarde- le dijo a los que todavía quedaban sanos
- Vamos, yo te voy a dejar- dijo el Toño
El toño, era guitarrista, mejor amigo del Ale y con el formaban un grupo que mejor que irme a la casa con el, pensó.
-Vale, vamos-
En el camino siguió pensando en que tanto estar con el Ale los dos habían comenzado a gustarse. Aunque el y su orgullo de mierda nunca le habían dicho nada pero estaba segura de que si, el también la quería. Sin darse cuenta ya se encontró en su casa, ahí estaba el Toño a punto de despedirse y no supo como se besaron, un beso demasiado excitante para que solo fuera uno, así siguieron de forma continua, lo tomo y lo llevo a la casa abandonada de mas arriba. Los besos en el cuello, en la boca, las manos que se movían tocándolo todo y mas encima el calor infernal que comenzaba cuando comenzaron a desnudarse…

-oye, escúchame, no le contemos a nadie menos a el, de verdad, menos a el-

Pensaba de nuevo, había pasado un mes, sorbía un vaso y una vez mas el Ale se acerco sin pensarlo, como las otras veces, la besó. Quizás volvió a sentir el cariño y el amor que escondía, mientras el karrete llegaba a su fin el copete comenzaba a escasear y los cigarros ya se habían acabado que rato, era mejor irse.
- Ya me voy, este karrete ya murió.- Dijo ella mirando al Ale
- Oye, ¿teni que llegar a tu casa?...- pregunto el.
-no……-

El camino a la casa del Ale no se hizo tan largo conversando, al llegar el abrió la puerta y el silencio les dio la bienvenida, estaban completamente solos. Fueron a la habitación y comenzaron a besarse con una pasión desenfrenada y ya encima de el moviéndose, pudo sentir todo ese amor escondido en ese ser, acabó……

Con el tiempo supo que los dos tipos eran vírgenes, aunque ella se dio cuenta de uno por la torpeza de sus actos y para que decir de lo que sentía por el Ale, si cada vez tomaba más fuerza.

- Oye como te digo, eso dijo, prefirió a su amigo antes que a ti- Le dijo una amiga.

Pero ya no importaba, pensó mientras encendía un cigarro. Ella quería al Ale no le interesaba mucho lo que había dicho, la verdad la sabia el y ella, aspiro humo, sonrió y camino entre la ciudad atardecida a punto de anochecer. Todo parecía mejor.