Un trasnochado sueño de adolescente. Sin futuro, sin fundamento, inútil como el ambiente que lo rodea.
Un trasnochado sueño de adolescente que rodando cuesta abajo, buscando una inexistente meta, salta sobre sus propias ilusiones, destruyendo su propio ser.
Es la vida y no lo sabe, lo que empuja con tanta fuerza. Es la vida que no encuentra su camino, que no encuentra en ese cuerpo, que no encuentra en esa mente, que no sabe lo que quiere, lo que tiene o lo que puede, un lugar que le permita detenerse. Detenerse y dándose un respiro, observar y comprender.
No es la vida una carrera, no la gana el que más pronto la termina. La vida es, o podría ser si lo quisieras, ir llenando corazones, incluido el tuyo propio, con gotitas de colores, con pequeñas ilusiones, desamores, triunfos y temores.
No es la vida una carrera, no la gana el que primero la termina, solamente la gana aquel que a vivir llega.
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