OJALA ME ENTIENDAN
Es curioso, voy sentado en este asiento del Metro y me parece que alguien me está observando, como queriendo entrar en mi mente y descubrir mi preocupación. Pareciera que mi rostro muestra esa preocupación, pero difícilmente podrán descubrir mi secreto interior.
Aunque es probable que a mi edad, por estar ya próximo a jubilarme, las personas me miren con compasión al pensar que estoy jubilado o a punto de serlo y eso ya significa un cambio radical de vida. Mis ingresos disminuirán en forma significativa, mi salud es seguro que comenzará a afectarme, no encontraré trabajo pues ya seré un viejo (para la sociedad) y mis días seguramente no serán tan entretenidos como cuando trabajaba activamente, con energía, con ganas, dando todo mi corazón.
Llevo años realizando este viaje en Metro y ya me conozco todas las estaciones y se ha hecho parte de mi vida. Ya reconozco a muchas de las personas que también realizan este trayecto, jóvenes, estudiantes, empleados, damas, ejecutivos, trabajadores, etc., que al mirar sus rostros me dan a conocer sus estados de ánimo. Es probable que lo mismo ocurra conmigo y muchas de esas personas que ya me ubican, al ver mi rostro se imaginen como estoy o como me siento.
En todo caso, para su tranquilidad amigo pasajero que me observa, le digo que si mi rostro parece preocupado, es solo porque hoy es lunes y no se cuantos lunes más me tocará realizar este viaje. Pero cuento con mi linda familia, que siempre ha estado conmigo y curiosamente ellos están muy felices pues dicen que al jubilar me tendrán todo el tiempo para ellos. Eso es verdad, y yo daré como siempre lo mejor de mi para que se sientan felices, pero no deja de preocuparme, que se sentirá estar ya jubilado.
Por último amigo observador, le envío mentalmente mi sentimiento de amistad y que la vida le sonría siempre.
Alfildama (Guillermo Gaete C.) Agosto del 2007 ©
Este cuento participó en un concurso de cuentos sobre El Metro, en el año 2007. |