Escribo para no suicidarme en el lecho
de la noche que murmura
Hechizo, caminas en mil hormigas
de luz vibrantes
hiriéndome los tallos de la memoria
En estos jardines de dientes y faunos
las ciudades preñadas de ojeras
me niegan la tregua y me ofrecen el látigo
Las palabras se descuelgan como racimos
convocadas en el hedor de los ímpetus
castradas, fantasmales y sedientas
se atan a tu miembro bendito
que no está sino como un ángel de presencia
en los efluvios mendigos
de mi pleamar
y el deseo tiene un nombre
tatuado en mi sexo invisible
Es tiempo de un instante eterno
en la cópula de los signos
que eyacula insomnios
en senos de espectros nocturnos
De carne son las palabras
que arrastran los pies del amor
en la incandescencia
del vértigo de una telaraña
que crece como este poema.
Texto agregado el 16-08-2008, y leído por 229
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Lectores Opinan
29-08-2008
"Las palabras se descuelgan como racimos
convocadas en el hedor de los ímpetus" maravilloso*****
alejandrocasals
24-08-2008
Noto talento e intensidad. me gusta dejarme ir de la mano de tu letra por ese río de sentimientos que fluyen frescos y atrevidos.
Cuidado con la fuerte asonancia del principo en llora y memoria. Stelazul
Es un texto demasiado hermoso que te muestra como la poeta que eres.Casi no necesito comentar,pues tu poema lo dice todo.Me encanta,ese erotismo, en fín todo********
Un abrazo Victoria 6236013
16-08-2008
No sé los demás, pero mis sábanas se ardieron como hogueras que achicharran brujas medievales. Cuántos ataques eróticos entrelazados a cada verso; cuánta sensualidad arañando, clavando las uñas en la espalda desnuda de mis inermes instintos. Muy buena poesía. starfish