La hoja se agitó con el viento y giró sobre si misma desprendiendose del tallo, se movió en el aire y cayó hacia el estanque; dorada y brillante se posó en el agua y su tenue golpe se extendió en suaves ondas imperceptibles que llegaron a la orilla; tres granos de arena cristalina se movieron en el borde del agua y uno de ellos rodó al fondo dejando a sus compañeros; se posó sobre la escama de un pez y lo sobresaltó haciéndolo nadar hasta la vertiente que alimentaba el estanque; en su huida, removió el fondo del estanque y de entre el lodo apareció una joya perdida hacía siglos que la humanidad buscaba; la hoja, el grano de arena y el pez nunca supieron de la joya, la humanidad tampoco.