Que el corazón lo traigo duro
le faltan 17 gramos
el cuerpo de mi niña muerta
fue allanado y mi memoria
se jactó tanto quererla
sin tocarle dedo alguno.
Sur del charco de vestigios
tus recuerdos de vulpeja
Que un palo roto es una daga
corta sucio esos aires
de nueva dama repentina
madurada a la fuerza.
Los dolores de ese parto
los sentí una sola vez
me han durado desde entonces
los temblores y el escaño
donde culpo a las termitas
que royeron mi decencia
Que este amor es un veneno
un impuesto inevitable
pagadero al vacío
que me consumió en abril.
Las linternas que me lanzan
nunca alcanzan a templarme
yo las cojo las mañanas
las entierro en mi lengua
y las cambio por metrallas
yo las llamo mis navajas
cuando baja el paladar
grito rayos y culebras
Que esta larga lobreguez
es castigo deplorable
porque niego avanzar
solo tengo balbucearte.
Confundí amarte toda
con odiar la marcha lenta,
las pistolas que cargaba
se esfumaron en la hierba
y en las vísceras te llevo
como borrachera antigua
no se verte sin llorar
no se estar sin recordarte
y en el alba cuando abrazo
una puta insignia nuestra
me devuelve como tonto
a putear progenitoras
a olvidar cual es mi parte
y dónde anclar la culpa vieja
Texto agregado el 13-08-2008, y leído por 254
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
21-08-2008
me esta gustando esto poesiuk
14-08-2008
uy!que texto tan duro.!! Lo expresas todo muy bien. carolina52