La claridad lunar en columna, en azul sopor la noche se extendía cual centella, y el arrullo de las moscas se elevaba por los vientos.
Pronto el tiempo ha de llegar, he estado esperando ya por mucho tiempo, el suelo esta seco, y las lluvias tardaran aun mas, mi destino esta predestinado por las raíces de los robles antiguos, sus arcanos pronostican que mi sino llegara en época de sequía, mi razón de ser , mi camino estará recorrido, cuando las nubes sean un recuerdo mas en este milenario recinto.
Fui creciendo entre insectos , debajo de ellos, con enormes compañeros y otros tristes, como algunas setas , que por razones insospechadas talvez por ellas mismas, se ocultan entre las sombras. El azafrán me aconsejo que liberara mi ser, mi esencia mas intima cuando el prójimo, místico y extrañamente móvil , (creo que no tienen raíces) se aproximara a mi.
La tradición así lo exigía.
El sol a plomo cae inclemente, mi cuerpo arde con su contacto, el viento es casi inexistente, no se mueve ni una hoja.
Siento sus vibraciones, son inconfundibles, están aquí.
Recuerdo la mariposas posándose en mi vientre, la tranquilidad del olmo, los consejos del azafrán.
Sus extrañas ramas me rodean, me cubren, me presionan, se que el tiempo ha llegado, estiran mi tallo, mis raíces desnudas conocen la luz, me elevo , veo los insectos desde arriba, las setas ocultas, el azafrán, ¡Ho sabio azafrán, tenias razón, de ti me despido....
- Abuela, y esa matita que cogiste, que es?
-Hierbabuena, mi hijito hierbabuena....
Abuela y nieto jamás pasaron mejor tarde.
Las infusiones de hierbabuena son lo mejor para alegrar el espíritu, y saborear los recuerdos.
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