Ya tus ojos no son los mismos,
y el destino no dejó huellas al azar.
Dejamos que dominaran el espacio los silencios
sin decir en realidad lo que pasaba.
Eras tan transparente como el agua
pero yo no deseaba ver lo que sentías.
Inocentes nenes jugabamos
sin saber que las concecuencias también duelen.
Ya no queda nada por decir,
porque el tiempo lo dijo todo...
Texto agregado el 11-08-2008, y leído por 78
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
11-08-2008
mmm muy certero y no entrega vueltas para una segunda mirada aunque presenta ciertos arreglos dignos de aquello. 4* el_rey
11-08-2008
cuando el amor se enfria es lo que suele pasar, me gusto.besote almaguerrera
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