Hay una niña descalza sentada sobre la mesa blanca del fondo, balancea las piernas y tuerce un conejo
-Quizá sería mejor para ti que no hubiera pasado nada-
misma posición, como comiendo chicle. Medio cargada hacia adelante abandonando el cuerpo sobre el codo derecho; la mirada fija en el horizonte: la niña y sus piernas
“¿Te arrepientes?” ladro.
-Silencio-
No me gustan los cobardes
Texto agregado el 11-08-2008, y leído por 246
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