EL JUEGO 3
Aquello era demasiado, el tipo tuvo el cinismo de enviarle las armas que le había prometido. Tomó el teléfono y llamó a la policía, les explico aquella situación hostigante, la mujer que recibió el mensaje, simplemente no le creyó, hizo peguntas ilógicas, se notaba que tenia la intención de desalentar la denuncia, creyendo que era una broma. Era cierto que aquella ciudad estaba desquiciada; pero alguien que se divertía cazando personas, era exagerado, y además el envió de armas sonaba fuera de la razón, escapaba a la lógica de modus operandi de cualquier psicópata.
Aun así prometió enviarle alguna unidad lo más pronto posible. Él se quedo con la sensación de que no le habían creído, decidió por las dudas tomar una escuadra de la caja y guardarla en su cintura, ordenó a su esposa e hijos que se subieran a sus recamaras, su esposa desconcertada lo cuestiono al respecto:
- No es nada, solo he recibido algunas llamadas extrañas y quiero tomar precauciones.
- ¿Y esa caja que contiene?
- Es parte de la broma, no te alarmes, solo son un grupo de bromistas tratando de molestar.
A regañadientes su esposa se dirigió a su recamara. Eran una hermosa familia, jamás habían tenido conflictos, él dedicado a su carrera de ingeniería en meca trónica y a su familia, ella una hermosa mujer que había concluido la carrera de artes plásticas y que ahora por hobbie, daba clases de escultura en un taller, su hijo mayor estudiante de la misma carrera de meca trónica con especialidad en programación, cursaba el primer año, y la jovencita estudiante del ultimo año de preparatoria en una de las mejores escuelas de la ciudad.
Él era un tipo alto sin mucho atractivo, solo muy físico, fornido por herencia genética, rostro moreno, ojos profundos, pero inteligente, dedicado y disciplinado lo que lo había llevado a terminar su profesión y a escalar posiciones sociales con trabajo y esfuerzo, tal vez su mayor característica era la ternura, por ello conquisto a su hermosa mujer, quien realmente se salía de presupuesto de aquel tipo común, ella si que era una belleza, blanca ojos grises, bella cabellera dorada, y un cuerpo fenomenal, torneado por la practica diaria de yoga, finas facciones europeas, bellas cejas delineadas y enormes pestañas naturales y una gracia normal y un enorme ángel, se había enamorado de aquel hombre de las cavernas, por aquella ternura inusual en un hombre.
El muchacho había heredado la inteligencia del padre y la gracia de la madre a sus 19 años ya media casi 1.90, aunque físicamente era muy parecido al padre había heredado los hermosos ojos grises de su madre con la gracia y la ternura de su padre, tenia un carácter perseverante que la vida le había otorgado sin ser herencia de ninguno de los padres, pero la herencia intelectual ya comenzaba a dar frutos, había diseñado un programa adicional para los GPS.*
La chica era la princesa de casa y también de la vocacional, la naturaleza hacia que los muchachos estuvieran enamorados de aquella chica extraordinariamente hermosa, la genética de su madre la había dotado de un hermoso cuerpo, pero aquella mezcla con el padre la hacían auténticamente atractiva, su cutis apiñonada con los hermosos ojos grises y profundos de la madre, adicionado con aquel enorme carisma jovial e irresistible la hacían adorable.
Vivian desahogadamente, pero no eran ricos, así que el secuestro quedaba descartado, no tenia enemigos, jamás tuvo alguna aventura, su circulo social se reducía a sus padres, suegros y algunos compañeros del trabajo.
Estaba meditando esto, cuando por la ventana vio llegar cuatro camionetas negras con los vidrios polarizados, el corazón se le alegro pensó que era la policía, pero todo anduvo mal cuando el escuadrón vestidos de negro a la usanza militar y cubiertos con pasamontañas, treparon por su barda y derribaron la puerta, supo que aquello definitivamente no era una broma.
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