“A la literatura le interesa la relación entre el arte y la vida, y cómo puede transformarse hasta producir un organismo nuevo y más elevado.

Al mismo tiempo, le preocupa la autenticidad de la vida humana y las condiciones en que pueda darse, y busca la síntesis entre la unidad y la universalidad”


A partir de la cita anterior, indicar y explicar cómo se verifica la misma en el ensayo ‘El ábaco, la lira y la rosa’ y en la poesía de Francisco de Quevedo.



Durante la vida individual, pueden llegar a crearse un sin fin de incógnitas e inquietudes en cuanto a todo lo que nos rodea. Y desde luego, después de todo, la vida es un completo misterio por comprender. Puede notarse que una de las mayores inquietudes radica en lo que conocemos como “arte”. Dicha palabra, a lo largo de la historia, ha recibido un montón de nombres, y por supuesto, conceptos de variados y numerosos artistas de los diferentes campos existentes. Se entiende por arte como una tendencia humana de combinar distintos factores y productos de la realidad, para formar un “todo” complejo y nuevo aportado a la sociedad, en busca de algún tipo de entendimiento, reconocimiento, e incluso reflexión.

Una de las artes más empleadas en todo nivel (individual o universal), es el de la literatura. Tal como dice la cita (“A la literatura le interesa la relación entre el arte y la vida…”), este tipo de actividad busca relacionar dos cosas diferentes, dos mundos, distintos, para así encontrar algún modo de combinarlos y crear algo netamente nuevo que le permita a la sociedad humana notar una similitud, por más pequeña que sea, entre dos cosas que algunos creen que no son compatibles, como el aceite y el agua.

Todo esto se puede especificar y comprender en las creaciones de dos autores separados por el tiempo; el doctor Díaz, y el poeta Francisco de Quevedo; dos épocas distintas, mismo tema presentado de dos formas diferentes, pero con una misma intención, y un mismo objetivo. El Dr. Díaz con su ensayo ‘El ábaco, la lira y la rosa’, expresa un problema mundial de todos los tiempos, que también se encuentra reflejado en la cita dada; el conflicto entre ciencia y arte. El Dr. Díaz comienza con una explicación de lo que es la ciencia y de lo que es el arte, no sólo aportando ideas conceptuales, sino también aportando hechos históricos en cuanto a ambas dimensiones. El Dr. Díaz continúa, tratando de eliminar la bifurcación creada, convirtiéndola en un único y extenso camino que, como siempre, lleva a lo desconocido, y a lo que se está por comprender y descubrir. En ‘El ábaco, la lira y la rosa’, se refleja una idea tomada de la cita, en el que el arte literario busca referencia en el arte científico en cuanto al ser humano y todo lo referente a este (condiciones de vida, autenticidad de ésta, los procesos ocurridos en el mundo, entre otros), para así hacer de autor de un artilugio creado por el choque de ideales y creencias, formando algo superior, como un puente entre ambos mares de conocimiento, una conexión entre ambas artes, que existe por más pequeña que sea.

Con respecto a la segunda parte de la cita (“Al mismo tiempo, (…), y busca la síntesis entre la unidad y la universalidad”), puede reflejarse con el poeta español Francisco de Quevedo que, como buen poeta, expresa no sólo sus sentimientos volcándolos en un papel, sino también pone en letra los sucesos experimentos por la sociedad, e incluso por él mismo en el día a día. Quevedo se acopla a la perfección con la cita dada, pues por medio de la literatura busca acontecimientos de la vida o la realidad, plasmando su progresión y sentimiento en tinta y papel, para mostrarle al mundo entero un nuevo concepto de lo que se está hablando.

Como por ejemplo, en uno de los poemas de Quevedo (“Miré los muros de la patria mía,…”), se puede tomar una estrofa en especial para comprender lo que se trata de explicar:

“Vencida de la edad sentí mi espalda,
Y no hallé cosa en que poner los ojos
Que no fuese recuerdo de la muerte”.

Con esto, podemos notar que Quevedo nos presenta un tema bien tratado y bien discutido por la comunidad humana a lo largo de su existencia; el período en que el hombre llega a la etapa de la vejez, lo que uno siente y experimenta durante ese período, y algo común entre todos ellos: miedo a la muerte.

El miedo a la muerte y todo lo demás referente a ella, es un tema que puede llegar a abarcar no sólo el nivel literario, sino también niveles de individualidad y universalidad en la sociedad.

Retomando lo anterior de la relación entre la literatura y la vida real, se nota que Quevedo expresa algo común entre todos los individuos que forman parte de la realidad, y con ello, crea algo totalmente nuevo y superior, combinando letras con hechos. Quevedo, con esto, crea y aporta un nuevo concepto o significado a todo lo referente a la muerte, en este caso, agregándose a los que existían y fueron creados anteriormente, aguardando a otros nuevos que puedan llegar del futuro, con la intención de enriquecer la vida real y literaria del ser humano.

La literatura forma parte de la vida, y la vida conforma el todo de la literatura. Ambas se complementan, y hay que comprender que la literatura es necesaria en la vida no sólo por colocar unas pocas palabras en un trozo de papel, sino que de algún modo, unifica mundos que las manos del hombre no pueden, pues la literatura viene del alma, de nuestro pensamiento y reflexión, de nuestros ideales, del fondo de nuestro ser. La literatura nos aporta ventajas y enseñanzas, en la reflexión, en la comprensión, el entendimiento, sentimientos y sensaciones, hechos y acontecimientos, en todo, incluso en la ciencia. La literatura en la vida es incluso tan sorprendente, que logra abarcar dos niveles de comprensión y aporte de ideas a la comunidad humana; la unidad, donde cada persona entiende y comprende a su manera la expresión literaria, aportándola o no a su vida diaria, formando sus propios gustos, creencias e ideales. Y por supuesto, el universal, donde toda una comunidad adopta dichas enseñanzas, y las usan para el bien común, con la meta y esperanza de conseguir un mundo mejor con todo aquello que la literatura expresó, tanto en lo bueno y bello, como en lo malo y lo que no podemos evitar.

La literatura es reflejo de la vida, sólo que con lujo de detalles, y una enseñanza final que hay que comprender, respetar y aplicar, si se da el caso.

Vania Liberoff Vázquez