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¿Qué puede llegar a saber una persona sobre el amor? ¿Cómo podría llegar a definírsele? Ando disgustada con sentimientos que ni yo misma entiendo. Mi corazón late con fuerza, y no entiendo por qué, y al pensar más y más el motivo, su sonido se convierte en un leve sonido que sólo yo soy capaz de escuchar. ¿Una melodía? A veces me sorprende sentir que es así, cuando los bombeos de sangre entonan un “ave maría”, o incluso interpretan una balada de melancolía. ¿Qué si me oprime el pecho? No tienes idea de cuánto. A veces me pregunto si no será una especie de infarto, pero es cuando recuerdo que de eso no tengo ni rastro. E incluso me he preguntado si será alguna disfunción del cuerpo, cuando caigo en cuenta de que es simplemente una disfunción del alma.

Necesito a alguien, y no se a quién, no aguanto respirar más, y no tengo idea de por qué. Veo a las personas de mí alrededor, y noto que les sucede lo mismo, pero sólo a mí, y a nadie más que a mí, me sucede con tal intensidad y fervor. La gente habla del amor, y no saben su verdadero valor. Las personas hablan de querer, y no saben que eso viene del poder creer en lo que no podemos ver. Hablan de necesitar a alguien, de no aguantar más, todo esto, sin saber realmente de lo que están hablando. Ignorantes y despreciables, eso son. Y por eso te he dejado esta epístola, para explicarte las barbaridades del ser humano, y para que entiendas las verdades de mi acto realizado.

"Necesitar a alguien es cuando deseas que ese alguien te abrace, te mire a los ojos, susurre tu nombre dulcemente con sus labios pegados a tu oído, sentir el cosquilleo de su respiración en tu cuello, el calor de su cuerpo junto al tuyo, su risa en tu mente, su nombre en tus manos, su corazón en el tuyo, sus sentimientos en la mezcla de los tuyos, su persona profundamente incrustada en tu alma, como el ópalo en el dije de plata del más puro e ingenuo ser enamorado. "

"No aguantar más es cuando respiramos con dificultad, pequeños trozos de hielo cortante arrasan nuestra alma, deseamos sacarnos el corazón del pecho con una daga, mordernos la lengua fuertemente, cerrar los ojos hasta que lloren sangre, gritar con todas nuestras fuerzas, pero sin que se escuche nuestra voz, que se nuble nuestra mente, y caigamos en un precipicio profundo por medio de nuestras mentes, caer de rodillas y no sentir el suelo bajo nosotros…"

Cada día, las personas se vuelven más humanas, pero menos seres. Oigo un débil “te amo…”. Pero, ¿Lo dices en serio? ¿O acaso es una palabra más? ¿Lo sientes en tu pecho, o en tus labios? Lo más triste de todo esto es que callas y bajas la mirada, y aún más triste es que nunca obtendré respuestas a estas incógnitas, pues no sé si hablas con el corazón en el pecho, o con el corazón en los labios.

¿Estás conmigo? Si estas conmigo físicamente, te siento en mi piel. Si estás conmigo profundamente, mi mente no deja de pensar en ti, y mi corazón tiembla con el simple susurro de tu voz. Vete, pero no te alejes demasiado, pues no se si pueda sobrevivir por mí misma, y si al caer pueda levantarme sola.

He caído. No, no puedo. Por más que lo intento, no puedo levantarme. Las fuerzas se me agotaron por haberte amado tanto. ¿Dónde estás? Te estoy llamando, pero no me contestas. ¿por qué me has abandonado?

Lo sabía, siempre lo supe. Es como el más duro de los castigos, pero la más dulce de las ironías. Me has abandonado. Y aún así, te sigo amando tanto. Sigo en el suelo, sin poder ponerme en pie. A lo lejos, un objeto brillante vislumbro. ¡qué bello es, y qué brillante! Lo tomo entre mis manos como si del más preciado tesoro del mundo se tratase. Aunque claro, no tan preciado como todo lo que te pertenece. Veo el objeto, lo volteo entre mis manos, cuando un leve dolor siento en mi mano. Un hilillo de sangre recorre las líneas de mi vida, y el dolor no causaba más que curiosidad. Me gustó, y más me empezó a gustar aquel objeto. Lo tomé con firmeza entre mis dedos, y lo recorrí por las vías de mi vida en ambos lados, sintiendo como las gotas rojas fluían por mi piel, cayendo con la misma lentitud que las lágrimas, y causando el mismo sonido de la lluvia al estrellarse contra la tierra. Más y más profundo la hojilla de la muerte corta el hilo de la vida, y la sangre chorreando a borbotones crean un deleite en lo más profundo de mi ser, acompañando los murmullos de mis sollozos al estremecer. Más y más sangre pierde el cuerpo, mientras más y más liviano se hace el peso en mi pecho. Y con un último suspiro y aliento, abrí mis ojos susurrando un “te quiero”.

Si, tengo que admitirlo; se sintió justamente como volver a estar enamorada…

Vania Liberoff Vázquez


* 'Carta de Amor' enviada al Concurso de Montblanc en Febrero del 2008.

Texto agregado el 10-08-2008, y leído por 78 visitantes. (0 votos)


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