De B a Z…. 1
B, es un idiota y sabe que lo es, se encuentra en una fiesta. Fiesta a la cual no lo han invitado, pero en la que está sin explicarse cómo. Se siente sólo pero no le da importancia, se siente despeinado y feo pero no le importa. Las cervezas prometen un abismo de escape muy diferente a lo subterráneos engañosos en los cuales se sumerge diariamente. Estos subterráneos no los cuento porque son innecesarios tanto como el protagonista que no se llama A porque no es el primero en nada, o quizás porque no tiene la figura tan estética como la delicada A, pues se llama B, él se quiso llamar así y así tiene que quedar, aunque a mi parecer, se me ocurre ahora, que debería llamarse Zeta por ser el último, por estar escondido, por no ser tomado en cuenta, por tener que ser el último para hacerse notar. ¡Hay B deberías ser Z! , pero eres B, ¡ay Z, qué pena, Z!
Es una fiesta más, una fiesta como todas. Tristes, bulliciosas, llenas de humo, llenas de alcohol y de otras cosas que no se deberían llamar alcohol propiamente, pero que no falta jamás en ninguna de las reuniones que se han realizado en lo que va de este gris año, que no falta jamás en este hoyo sin fondo. Antro en el que se suele celebrar la mayoría de reuniones, sino todas pues la mayoría. En los burdeles de homosexuales que pueblan el área que en un distraído momento se llegó a llamar centro histórico del Perú, ¡ay, ingenuos!, son pocas las reuniones celebradas por los alumnos de… ¿alumnos, dije?
B, no es tonto pero se siente estúpido, a mi parecer es tonto y también estúpido, se tortura respirando el humo ajeno, se lamenta por no poder, por no querer escapar, envidia la necedad ajena, odia y ha odiado por siempre el alcohol el cual evita con una enfermedad ante la presión de los compañeros… ¿compañeros, dije?
La fiesta, pues la fiesta acaba como siempre, con borrachos, con peleas, con hoteles, con preservativos rotos, con embarazos no deseados, con abortos siempre deseados. Acaban al fin y al cabo. Eso es lo importante.
La fiesta, pues la fiesta acaba como siempre con besos y abrazos, con risas y risotadas, con sueño y con vigilia. En fin…
La fiesta, pues acaban de a dos, aunque para B normalmente termina para uno, pero no B la fiesta se acaba de a dos en cualquier lugar fuera de esta cueva de bichos, termina de a dos, no te enojes B nadie te ha dejado solo, nadie se ha dado cuenta de tu empeño por acompañarnos, nadie se ha dado cuenta de que respiras el humo de los cigarros que no fumas; que odias fumar; que odias bailar, aunque quisieras hacerlo pero no pues no se puede, la linda letra ajena a nosotros ya está bailando con A. Pero bueno, no llores, B ya se darán cuenta en otra fiesta, ya te valorarán, ya les importarás, ya no terminarás en locales pagados alrededor, ya sonreirás mi pobre B, ya les importarás a nuestros compañeros que esta tierra fanganosa absorbe. ¿Compañeros, dije?
¡Ay B, mi querido B!
Tu amigo número 1
¿Amigo, dije?
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