Acaricio el fuego sin darme por enterada.
Ando obnubilada perdiendo altura.
Estúpida golpeo mis alas batiendo palmas,
cual paloma blanca aterrizando en la plaza;
hundiendo mis pieses en la arena blanda,
colgando mis pensamientos al universo
de recuerdos titilando con la fosforecencia.
Te busco entre la niebla soltando lágrimas
hijas de la brisa hecha viento,
vapor de mis pulmones que como un humo
se mezcla con la bruma que está asomando.
¿Donde estarás espejo de mi alma?.