Al verme reflejada en tus ojos
La dulzura inunda mi existencia
Eres mi torrente de agua sagrada
Y con placer infinito
te bebe mi piel sedienta

Tú, el abrigo de mis momentos,
Calma de mis desvelos
sendero de mi pasión eterna
Adorarte es mi vicio
Y vivirte mi penitencia.

Llenas las horas de mi vida.
apaciguas mi turbación
y me abrazas entre caricias
de sublime pasión.

Me entrego a ti en besos bravíos
Me vuelvo intrépida
nuestros cuerpos están en sintonía
Despegando al infinito se lanzan ya

Indómito mancebo de mis reclamos
Apaciguas mis delirios con tus dedos
entrelazando las hebras de mi corona
Invado con mis encantos tu hambre feroz.

Postraré ante ti mi rebelión
Sometida sin reclamos yace la duda
Abundánte en mi corazón
Mi amado de los ojos cautivos
Invistiéndome con ternura de noche a sol.