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No fue una, “o” dos, “o” tres veces… fueron miles. Tampoco es de ahora no es algo nuevo, aunque nadie lo hable.

Algo puedo deducir del “por que” de ese cómplice silencio. Hay una vida prefabricada y el q no se adapte no vive, supongo ese es el mensaje subliminal del… del buen día falso al portero, las sonrisas con los jefes, o las búsquedas de mujeres sin almas. No se. Lo único q se es q se condeno a lo q ya estaba condenada.

Esto es para todos los jóvenes q sientan querer sentir.

La gorda- ¡te dije! ¡Té! ¡Dije! ¡Te dije! – un coscorrón al marote- ¡Te dije q compraras antibióticos pendeja de mierda y mal educada!

El gordo- déjala en paz. Che. No es pa tanto gorda. Ahora voy yo a comprártelas.

Mira de reojo la raya de su hija y acaricia desde la panza, rozando los pechos disimuladamente, levanta el rostro por la pera y apoyando su excitación en el rígido eh inmóvil brazo de ella. Le susurra: “anda a la calle un rato nena. Anda a divertirte q tu papa va hacer lo tuyo”

Ella corre el rostro y al primer paso el padre la toma del brazo.

Gordo- ¿que se dice?

Ella lo mira con miedo y siente una densidad en el aire del departamento, siente la respiración y tacto calloso de las cadenas de su padre. Con la garganta arqueada de lo q fue casi un mini-vomito, tuerce una mueca como sonrisa y dice: “gracias”

Gordo- gracias ¿Qué?
Ella- gracias padre.

Camina hacia la puerta con la sensación de estar expropiada de su cuerpo. Cuando toma el picaporte de la puerta, la gorda madre tira violentamente un par de zapatos a su rostro y grita: ¡anda a guardarlos queres! Ella se enfurece y erosionando su furia hacia dentro guarda los zapatos y sale contando baldosas y al pasar por confiterías añora a uno de aquellos hombres y a uno de aquellos vestidos.

En la semana el papa Juan pablo visitara otra vez la Argentina. Informaba la tele. Sigue: niños morían por frió y hambre en las capitales a causa de no dar a basto con las camas en los lugares de adopción.

Y la familia comía con la armonía de una próxima presa. La madre regodeaba el pan sobre el tuco con expresión orgásmica en su rostro y suspiraba fuerte antes de encerrar los bocados en sus dientes.
El padre ponía cara de señor importante y poderoso cada vez q pinchaba la carne. La trituraba con cierto morbo y erutando, apoyaba el vaso ruidosamente sobre el mantel, riendo con expresión de aprobación a la madre. Y al rato de nuevo la indiferencia del señor importante comiendo carne.

Ella escuchaba todos los sonidos muy fuertes. La respiración de ellos, los cubiertos, el ruido del agua cayendo en el vaso y luego circulando por sus gargantas y demás ruidos.
Esto la extenuaba demasiado a ella, era mucha la bronca q sentía al oírlos comer y por lo tanto siempre comía poco y estaba débil.

En el día de sus 17otoños encontraría el fin a su desconcierto.
Esa tarde el padre le pego y la madre la baño.
Borraron o disimularon las evidencias de sus marcas y la astuta madre le dio un billete de $100 pesos después de esa situación traumatica. Sabiendo q ella solo los utilizaría para emborracharse y aprovechando la llegada del papa q fomentaba el autocontrol y el respeto y obediencia al padre entre otras cosas. Si lo llegara a contar nadie le crearía en este momento de la moral y menos aun en su estado poco saludable.
El mundo espera q si te torturan solo queden marcas físicas y no anímicas.
El mundo si aparentase escuchar, seria en todo caso las palabras de un Gandhi y no el aturdecedor llanto de la carne cruda de una victima.

Ella tomo la botella rota. La apretó en su vena hinchada y se acerco al borde de esa ventana.
Ella dijo: “no tiene sentido nada, aunque nada sea lo q parezca, nada tiene sentido”.
La presión bajo al perder tanta sangre se mareo tropezó con el marco y el cuerpo combulcionando en el piso quedo.

Todos los vecinos la oíamos llorar casi todas las noches congojada, sus compañeros de escuela todos la notaban triste y algunos la vieron incluso marcada.
Pero sin embargo en el funeral todos mostraban compasión al padre y a la madre. Un cura q nunca la había ayudado en la tierra ahora sostenía la gorda mejilla de la madre y le prometía al alma de su hija paz eterna.
El padre lloraba con la cobardía de los asesinos y el portero lo abrazaba. El mismo portero q difamaba de puta a su hija y en las sombras se mordía los labios por cojerla.
Luego el mismo portero iba y hablaba con la abuelita buena de los mandados q todos los domingos asistía a misa y “la pobre abuelita” decía: hay la juventud esta pérdida. No hay valores. Es lógico q carezca de sentido la vida sin ellos.
Y todos sus compañeros de escuela fingían tristeza y hasta ellos creían sus lagrimas pero en el fondo ansiaban q termine así iban a besarse y comprar ropa por ahí y demás dispersiones.
Una madre comentaba con la otra “si no se mataba ella, lo iba hacer la droga ¿viste q flaca estaba? Eso es por la droga. Q lastima tan bonita q era”

La madre adjudico el suicidio a la falta de enseñanza católica en la escuela y el padre al alcohol.
Nadie investigo y todos seguimos diciendo buenos días.

Texto agregado el 05-08-2008, y leído por 228 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
12-07-2011 Me gustaria que trataras de escribir un español mas limpio no abreviando yoees
09-08-2008 me ha impactado, es... uf muy fuerte pero muy real. si que ha habido casos, si. hada7
06-08-2008 Es una historia cruda pero no por ella menos real, todos los dìas hay un hecho parecido, y todos los dìas se dicen las mismas palabras falsas que fingen las bocas educadas y sin embargo nadie hace nada y todos se encierran en sus infiernos particulares. Buen texto. doctora
05-08-2008 La idea es dolorosamente brillante y suele suceder. lucyfernandez
 
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