Inicio / Cuenteros Locales / eristarco / Jalea infernal
No me puedo llevar el aroma delineado de negro en tu mirada lunar; bella, perfecta criatura de la noche.
Soy como el viento de mar,
no se hacia dónde voy, pero te prometo, te juro algo: Jamás te he de herir si aprendes a no necesitarme.
No obstante
yo a nadie olvido.
No puedo decir lo encriptado en el alma,
eso se descose enhebrando carne,
abriendo a besos las heridas
del placer que redime la piel,
lamiendo la miel babosa
de los demonios que se precipitan en los abisales marinos y
en los abismos volcánicos.
El deseo crudo
(amanece de rojo)
no del amor a la parrilla
esa publicidad es una superficie de celofán
atrapa moscas y engaña adolescentes pero
jamás sacia ese apetito que la naturaleza imprime.
El hígado nunca fue dietético ni el corazón pretexto,
yo no escribo. Yo sólo pongo mis entrañas porque en el fondo soy tan verdadero como mi sangre.
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Texto agregado el 04-08-2008, y leído por 97
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