No puedo evitarlo, no puedo dejar de pensar en tí; me absorbiste demasiado. Me pregunto si algún día ella podrá reponerse y buscar a quien la desee sin sentir que se traiciona a sí misma, tomar esa decisión; renunciar completamente al plan A. Me pregunto si yo podré alguna vez dejar de pensar en tí, sobreponerme a tu historia, a tu secreto y todo lo que éste implica, dejar de sentir el miedo que ahora me invade, cesar de buscar la adrenalina: hacer como si nunca hubieras existido, como si de verdad no hubieras aparecido en mí, no me hubieras afectado, como si de verdad fueras sólo un mito, y ser feliz; plenamente feliz, de vuelta, sin música en mis noches, sin ojeras, sin lecturas tardías ni obsesiones, sin preocupación. Será como si nunca hubiera existido. Marchaste, pero no creo que eso pueda ser verdad, ni para Bella ni para mí.