He aqui nuevamente, ilusos y soñadores, dejadme creer en mí como la tristeza cree en la felicidad de mi alma, porque es verdad, no puede vivir una sin la otra, no es concebida una sin otra, no son antagónicas, son parte de un todo, un complemento. Debo dejar mis armaduras y caminar desnudo por los atardeceres del tiempo infinito, conceptual, debo dejar mis heridas, que han sido lavadas por la lluvia de tus lagrimas de odio y de pena. Ohh señor de mis pecados, ajustador de mis pensamientos, delirantes y contingentes, no me dejes caer, levantadme por sobre mis enemigos para mirar a sus ojos quemando sus pupilas con mi dolor, eterno dolor no compartido, que quema las venas como si la sangre hirviera...
Caligastia.. |