YOU HAVE A NICE VOICE

Hacía un calor terrible en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales y tenía la frente húmeda y melosa . El beep infatigable y monótono del monitor retumbaba en mi cerebro confundido con el latir de mi corazón y tomando posta en mis sienes. Tarde de perros…..- pensé.
Con la adrenalina fluyendo rauda por mi torrente sanguíneo, accionaba una y otra vez los mandos digitales del touch screen del respirador mecánico .El blink centellante de los leds seguían la secuencia sincrónica de las funciones vitales: …frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria., presión arterial, presión inspiratoria máxima ,presión espiratoria final, flujos de volumen, volumen tidal, saturación arterial.…. todos compitiendo por ser los protagonistas en la lucha por la sobrevivencia de Sebastián, un recién nacido, que con sus manitas se asían, acaso desesperadamente, de los cables que reptaban como pulpos sobre su cuerpecito pequeño, frágil e indefenso.
-You have a nice voice!….- me dijo alargando las palabras .Yo estaba asustado, siempre nos había inspirado temor su carácter fuerte y dominante; no admitía réplicas y lo que era peor tampoco súplicas, porque alterarle la disciplina era destapar la caja de Pandora.
-Thank you Sister – le dije, todavía sorprendido de mí mismo, por haber llegado a la nota Sol empujando el Do desde el fondo de mi estómago.
La mañana del Otoño de 1962 todavía hacía un poco de calor y el loco del Leto , mi amigo y compañero de aula, había sido sorprendido hablando y riendo durante los ensayos del coro. La Sister Josefa, ahora con el rostro rojo y desencajado, bajaba desde la magnificencia de su podio y yo, arrugado y conteniendo la respiración, solo observaba; el loco del Leto estaba aterrado y sin escape y en lo que tardó de farfullar su última palabra en inglés, la mano blanca ,delgada y afilada de la Sister Josefa bajó con la furia de los anunciadores del Juicio Final para estrellarse con estrépito en la mejilla cobriza de mi pequeño y loco amigo, aprendiz de canto coral y … se hizo el silencio… pesado y lúgubre.
Tenía entonces 9 años y en aquella época aprendí de la Madre Josefa que la vida puede ser burlonamente cruel, que el ardor y el color rojo granate del mofletudo cachete izquierdo de mi compañerito de coro en falta, bien se podía complementar con el cántico a voz en cuello del “ Gloria in excelsis Deo” …aaaamén.
-Había transcurrido media hora desde que había intentado hacer que Sebastián realizara su propio esfuerzo respiratorio… bloqueaba tenso el ciclaje del Respirador mecánico pero Sebastian no respondía …estaba muy agotado. La enfermera ahora colocaba las drogas inotrópicas en la bolsa de suero para la bomba de infusión y era evidente que ésta era una tarde de perros.
La Sister Josefa había dejado atrás su Illinois natal, el Estado de la Pradera y de Abraham Lincoln, una tarde del verano de 1959 y llegó al Perú a bordo del Barco “California Anchor Line”. Vestida con el atuendo de la Orden de la “Precious Blood” contemplaba, desde la baranda del pórtico de primera clase, la estela blanca y espumosa que dejaba el barco surcando el Pacífico. Repasaba en su mente la historia imborrable de las refugiadas de su Congregación acosadas y expulsadas por gobiernos tan disímiles como el Germano , el Suizo y el Francés y tan semejantes en la intolerancia de aquella época. Su rostro blanco y perfilado oteaba el horizonte y una sola idea la animaba: :…permanecer fiel a la misión de reconciliar al mundo a través de la preciosísima sangre de Jesús y estaba dispuesta a lograrlo, para ello tenía la sangre irlandesa de sus ancestros y un violín bajo el brazo.
- El beep de la frecuencia cardiaca había caído por debajo del límite de los 100 por minuto y un hilillo de sudor frío me descendía por el pecho, la mascarilla ajustada a mi rostro me ahogaba y apretaba los dientes. - Tres décimas de atropina en bolo! –alcancé a ordenar a la enfermera mientras cambiaba como un autómata los parámetros del Respirador mecánico. El tiempo transcurría lento y angustioso. Ahora conteniendo el aliento escuchaba como el beep aceleraba su marcha hasta los 120 por minuto- respiré aliviado.
Abandoné el Coro de la Primaria como respuesta silenciosa al maltrato de mi amigo en falta. – No podía olvidar los ojos vidriosos y a punto de estallar en lágrimas de mi loco amigo. - No creo que sirva para ésto, Sister - le dije bajando la cabeza. Salí del Salón de las Américas y me dirigí al colegio…ella simplemente no dijo nada, se quedó allí y yo sentía que no me quitaba la mirada hasta que abandoné el inmenso salón . A la mañana siguiente y durante el recreo pude observar a la Sister Josefa que risueña traía del brazo y le conversaba animadamente a mi amigo el loco del Leto y éste ahora sonreía. Al pasar por mi lado alcanzó a decirme: –“ Charly…..you have a nice voice.”
- Doctor mire!... está peleando con la máquina – me dijo alborozada la enfermera de turno. Detuve decididamente el accionar del ventilador mecánico y aguardé tenso…
Fueron interminables los segundos y ahora Sebastián respiraba por sí solo…. ya no necesitaba del Respirador mecánico. No fue si no hasta la mañana siguiente en que Sebastián había abierto sus ojitos lanzando su primer llanto. Ante la sorpresa de la enfermera de la Unidad de Cuidados intensivos me acerqué a Sebastián y entonces le susurré al oído : “you have a nice voice”

Dulces sueños
Alito