El caballero con lágrimas plateadas
Sobre su calida mejilla
Miró y tocó con delicadeza el precioso colgante dorado.
Sintió como el corazón le era tan débil y fuerte a la vez,
Se quedo allí un buen rato,
Asimilando lo que entre sus manos el tenia.
¿Acaso ella estaba muerta?
¿Porque la dama del mar tenia ese colgante?
No podía pronunciar palabra,
Tenía la garganta tan seca que le dolía tragar,
Aun así, en su mente ella siempre está.
Recordó la primera vez que la miró, cuando la conoció,
Cuando la beso en aquellos verdes jardines del palacio.
Recordó las promesas, aquellas dulces y eternas promesas,
Cuando el regresara de las tropas, le prometió que la haría su mujer.
Recordó su dulce y angelical sonrisa que emitía en sus carnosos labios,
Aquellos que el tanto admiraba por besar y por escuchar.
Y se le paralizo el corazón al recordar los ojos turquesas que ella tenia.
Esos ojos que hablaban por si solos cuando no podía simplemente expresar una palabra
O un acto de amor.
La recordó toda, tal como era ella.
Ni aunque borraran de su mente su vida,
Jamás el la olvidaría.
Porque era en su corazón donde el a ella la tenia.
Volvió a acariciar el colgante.
Sonrió al recordar cuando el se lo regalo,
Aquella noche en el mar,
Apartando los mechones de su cabello,
Y poniéndoselo cuidadosamente,
Acariciando a la vez su aterciopelada piel.
continuara.. |