Hoy desperté de nuevo con esa sensación. Vacío mezclado con saciedad de fracasos.

Ya van dos noches que sueño contigo, en ambos eres una parte más del sueño, no el sueño en sí; justo como me hubiera gustado en la vida real, no te quería dar la responsabilidad de toda mi vida, quería compartirla contigo y que me compartieras la tuya, no quería que nuestras vidas se basaran en nuestras existencias simplemente.

Y hoy no estás y ya ni siquiera está la esperanza. Para serte sincera no sé cuando desapareció ésta, ni siquiera me dio la oportunidad de matarla por mi misma, simplemente no está, cuando la busqué para terminar con ella y sentir la satisfacción de dar ese paso me di cuenta que ya había pasado hace mucho el tramo de camino en el que la deje. Entonces ¿por qué me duele tanto que no estés???

El otro día una amiga me preguntó -¿y por qué no se dieron las cosas entre ustedes?-, mi respuesta (la más honesta que pude dar) fue un simple -no lo sé, me gustaría saber- y aún ansío saber. ¿Qué faltó? ¿Qué sobró? ¿Hice algo o lo deshice?? Ahora la escritura no me sirve como medio de escape, no puedo concentrarme a escribir algo que no sean pensamientos (sin máscaras), no puedo hacer metáforas, cuentos, no puedo inventar vidas ajenas si ni siquiera puedo entender la mía.

Me he hartado de saber que me quieres y mucho, pero no de la misma forma. Me he colmado de tu vida, tus actividades, tus pensamientos, miedos, sueños y que tú te vacías de lo poco mío que te di. ¿No te gusta buscar? ¿Entonces porqué no te dejaste encontrar? Todo tiene un límite, eso lo sabemos.. pero el mío no parece estar a la vista, al contrario; racionalmente te he dicho adiós más veces de las que podría recordar, pero todavía no puedo sacarte de mi inconsciente ni de mis sentimientos, no puedo despedirme de ti, simplemente no puedo. ¿Esto tiene formato de carta? Lástima, porque me lo tragaré yo sola, no puedo mostrarte mi lado débil (que seguramente ya conoces, pero no sabes con certeza), no puedo dejarte ver que eres todo lo que alguna vez creí que encontraría en una utopía, la perfección onírica de la realidad.

Van dos noches que escribo con la luz apagada, en una la música instrumental me ayudaba a relajarme, en la segunda bebiendo tres cervezas en media hora y escuchando banda... no es deprimente, es un paso en el proceso, que no pueda ir más allá es otra cosa. Todo el tiempo imaginando que sonará mi celular y estarás ahí, al otro lado de la línea esperando ansiosa escuchar mi voz, viendo tu retrato durante 5 canciones ininterrumpidamente, sólo en lo que secaba esa lágrima que tímida aparecía y se disolvía, quería dormir para no pensar más en olvidarte. Lo pienso, porque no quiero hacerlo.