Buscas algo, siempre es lo mismo.. la constante carencia.
Buscas algo, pero no sabes que..
Caminas por las calles, te pateas la vida. Andas y desandas caminos insólitos.. te arrepentís, no entendés porque lo hiciste.
Buscas luego una mano, un hombro, dos brazos que te presionen en un pecho.
Lo encontrás. te consuela. Te sentís mejor.. pero eso solo por un rato. Hasta que olvidas el cariño, y volvés a revolver tus cajones para tratar de hallar la respuesta a una pregunta que aún no has formulado. Encontrás cosas que no te consuelan. Los colores, los aromas, las sensaciones no te sacian.. y encontrás. pero queres más.. ya no sabes que.. pero seguís pateándote la vida, viendo como caen las hojas otoñales, pisándolas.. revolviendo cajones, otra vez parada en el medio de la vida sin saber que hacer. Y están tus amigos.. esos que te dicen las cosas mas bonitas, que no te llegas a creer. Y te sentís un cretino, un hipócrita por ser tan cambiante.. y a pesar de tenerlo continuar con la búsqueda. Andar y desandar caminos.. Lastimar en tu viaje.. arrepentirte.
Y cuando cesa, al menos por un instante esa desesperada búsqueda, observas que cada ser al que te cruzaste, lo heriste más que a nadie en el mundo.
Te arrepentís, lloras, sufrís.. y después de un tiempo se te pasa.. y volves a buscar.. y es un maldito circuito vicioso en el que vas rompiendo corazones mientras buscas tu felicidad.
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