La tarde se vuelve hoja
y el sol color de vino,
los árboles se despojan
del viento tardecino.
El lugar se oculta en los cerros,
como vil villano
siendo bueno,
las aves se alejan del llano
y penetran en sus nidos,
los niños se toman de las manos
mientras juegan enardecidos.
Ya vuelven los hombres
marcando traen el sol
en sus cabellos de pobres,
pero de gran valor,
como espartanos sin nombres,
como invierno con calor,
como estatuas de cobre,
pero con sentimientos de amor.
La tarde se vuelve hoja
y los perros peregrinos,
la noche a veces se enoja
con sus tristes aullidos.
En él se vive la vida
que el mismo a forjado
de espinos, hierbas y olivos,
de amar siendo amado,
de tristezas, penas y olvidos,
de reír habiendo llorado.
Lugar, lugar querido,
bulliciosamente callado,
en ti cuando he sufrido,
en ti cuanto he gozado,
déjame hoy recordarte
cuando lejos he estado,
déjame volver a soñarte
porque no te he olvidado.
Sí, ¿cuántas veces he llegado a odiarte?,
¿ Cuántas veces en ti he pecado?
Pero deja que hoy te diga mis versos,
y que grite por ti callado
con gritos tiernos y espesos.
Oh, lugar amigo
perdóname el estar lejos,
déjame ser vagabundo
pero emprender el regreso.
03.04.76.
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