Ni el sonido del viento entre las ramas
ni el lenguaje del agua al caer
tu voz única
sonido particular cuya raices el latir de tu corazón.
Cuando me hablas mientras los hábitos cotidianos
avanzan con su caravana de requerimientos
o cuando me cuentas el suceso inesperado
y siempre que gritas o musitas cuando se encuentran
nuestros cuerpos que saben escucharse
atentos.
Texto agregado el 02-08-2008, y leído por 254
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