Quedan pocos besos, pocas caricias recordadas. ni siquiera la luna nos hace cómplices de su brillo ni siquiera el sol nos alienta a seguir vivos. Un abismo El abismo Caigo, caigo, no veo más que tus manos a lo lejos pero no me tocan sólo están sólo esperan y se mojan con mis lágrimas Y caigo, y lloro, siempre lloro.
Texto agregado el 27-04-2004, y leído por 264 visitantes. (9 votos)