Desde lo más profundo,
oscuro y remoto
de esta noche lluviosa de invierno,
aquí en mi alejada,
intranquila y triste resignación
todo parece un recuerdo,
el abismo frío y desconsolado
que cierra la visión,
aun me deja tiempo
para pensar en lo que quiero,
para aliviarme teniendo
presente en el sentimiento
que allá tan lejos,
tras la pesada lluvia,
de la noche y del viento,
están todavía esperándome.
Aún tengo fuerzas y pienso.
Para acercarme a ti,
en los recuerdos te veo
en desdichada ventana.
¡Ah!, como he desperdiciado
aquellos momentos,
la tibieza de estar juntos
abrazados y viviendo
lo que de ambos es fruto.
(La delicada y hermosa semilla,
para la cual no he tenido momento
de entera y tranquila dedicación,
ni que para esa bella
y mágica realización
he tenido tranquilo beso).
Cuanta ambición y deseo,
cuanto frustrado esfuerzo
para regresar a mi más ambicionado anhelo,
al mundo que me pertenece
y que me espera.
Desde aquí, sobre el lecho azul,
oscuro y frío como la noche
suspiro por la desaprovechada realidad
de la cual estoy tan lejos.
Mas, sé que en mis sueños
una vez más estarás presente.
Déjame soñarte esta noche
para aliviar los sufrimientos,
déjame dormirme en el recuerdo
al que volver yo quiero.
Ámame también en los sueños,
sueña con mis recuerdos,
siénteme cerca de ti,
acércame hasta tu lecho,
tocaré yo el dulce calor
de tus besos y tu cuerpo,
bésame en nuestra Hija,
protégela y dale aliento.
Duerme junto a ella,
siéntela que yo también la siento.
21.08.84
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