Palumbo cansado de tanta soledad,
después de mucho meditarlo, decidió concurrir a la Zona Roja a partirse un travesti (pensó: porque las mujeres no merecen más mi apoyo de tan mal que se están portando) en los bosques de Palermo, lugar donde se enteró de la mudanza del sitio;
un hombre que estaba allí le indico el camino correcto para llegar al nuevo predio.
Quemando gomas salió contento al palo,
cuando llegó a la Zona, no tardó en decidirse por uno que estaba desnudo y realmente parecía una mujer. Lo subió al auto y optó por un servicio completo pero en el mismo rodado, deteniendo la marcha a los pocos metros, bajandose pronto los pantalones para que se empiese por el principio. Cuando Lorena Oscar estaba por sacar su sexo de la boca pues se había olvidado de colocar un condón, sonó un golpe en la carrocería del auto que sobresaltó a Palumbo, quien retiró asustado su cadera de golpe hacia un costado ocacionando en el erecto aparato un rayón con los dientes postisos de Lorena. De todos modos decendió a mirar que pasaba y se encontró con un canario muerto,
noticia que inquietó a Lorena quien comenzó a gritar histérica. Palumbo intentando hacerla callar con su mano grande sin quererlo ahogó al travesti quien no tardó en morir asfixiado.
La policía que custodía el lugar arrestó a Palumbo no sin antes recojer las pruebas pertinentes
y por las mismas declaraciones que el propio acusado ofreció se llegó a la conclusión de que hubo confundido un pelota de tenis que se encontraba allí con un pajaro.