9-VI-08
SUEÑO DE ESTRELLA

Sueño silencio, sueño límpido
Espacios que se alargan, se agigantan
Se achican y desvanecen
“Baja las luces, duerme, duerme
La estrella duerme”

Una mariposa de colores se ha deslizado por la ventana y se esconde en medio del cortinaje, espeso, aterciopelado y rojo, se prende a él. Una luz la atraviesa y aterrorizada se quedará allí por horas…

Viajo a través de tu luz,
Llego a tus manos
Y vengo y voy luminosa.

Quisiera ser mariposa, prenderme al terciopelo y sentir el calor intenso de las luminarias, para escuchar con toda intensidad el aplauso frenético del público…

“Baja las luces, duerme, duerme
La estrella duerme”

¿Serán las tres? He perdido noción del tiempo. La función empieza a las cinco. Debo mirar por el ventanuco; si hay luz, sabré qué hora es.

Mary se ha levantado pesadamente. Sus rosadas medias de nylon sujetan su delgadez, se mira al espejo de su camerino, se sonríe… nadie calcularía su edad; el ejercicio diario y la rutina la han ido modelando: no solo su cuerpo, sus sueños, sus ambiciones…
Observa al personaje que la mira desde la transparencia luminosa del cristal. ¿Es ella? Aquellos ojos oscuros, el cabello desmadejado y sedoso… una imagen extraña.
Un brillo especial en la cortina la hace volverse, se acomoda el cabello, se viste su falda de azul terciopelo, el abrigo de piel y los tacones altos de color acaramelado.
Abre las cortinas bruscamente, la luz de las luminarias hace desaparecer a su público, ella sonríe, sonríe… una mariposa ha caído del telón de rojo terciopelo.
Un dolor, mezcla de sol perdido y de sueños olvidados, la atraviesa como un relámpago.

“Baja las luces, duerme, duerme
La estrella duerme”

Afuera el sol desmaya su canto invernal.

FDG/