Golpeará a tu vientre
y el cielo té bendecirá,
pués culminará tu senda
de ser Madre, Mujer.

Golpeará al mundo con sus puños
y el dolor se olvidará en tu cuerpo,
para quedar un mundo de amor
en tu cuerpo, en el mío y el de él.

(La obra divina, el éxtasis que significa
cambiará nuestras vidas,
y tu vida será repartida en dos y la mía
aún sin ser divididas).

Quiero conocer el cuerpo
que navega en tu mar de mujer,
como yo lo hice en mi Madre
antes que sus ojos me vieran nacer.

Es poco el tiempo en su ruta
y tu cuerpo abrirá sus ojos,
para recibir su barca
que anclará en la vida.

Amanecerá en sus días
y acompañará la sonata del mundo
con su llanto, como tú, como yo, como ellos
en época de nacer.

Que vengan sus ojos,
pues las estrellas los llamaron.
La noche se hizo trizas, ¿recuerdas?,
sus pedazos envidiosos lloraron.

Que lleguen sus manos
a golpear las mías pecadoras
y así yo me encontraré
con tu ser y el mío unidos ambos.

Y vendrá a reinar en nuestros mundos
con supremo susurro de vida,
para prolongar nuestros mundos
de noche, estrellas y caricias.
09.02.77