TU INFIERNO
Ayer asomó por primera vez
el monstruo de mis pesadillas,
se revolcaba por el estiércol
que pintaban las calles
de esta ciudad ausente,
apenas podía distinguirse
entre el gris de la noche
y el gris de su infierno;
cerré los ojos,
----------cerré mi garganta,
me atragante de muerte
y vomite todo el silencio,
que debajo de mi piel
se acurrucaba
en la creencia absurda
de una mentira.
La memoria
y sus hilos traicioneros,
consagrando lo abominable,
regalando pureza a los cerdos,
condenando a los dedos
a una piel ajena,
seca como la tierra yerma
de un poeta sin tiempo.
-Y el monstruo crecía-
Gigante
se sacudía los recuerdos
y en el lenguaje perdido
de mí desolada mañana
yo me dormía
debajo de su pie
mientras él caminaba
como un dios,
sosteniendo los despojos
que a su paso dejaba.
Un viejo reloj
inventa horas,
que se le escapan
por la comisura
de sus labios cerrados
simulando sonrisas
con sabor a fruta agria,
territorios macabros
hay en sus fantasías
y lleva la señal
en su caparazón,
porque aun no escucha
el ruido de la dolorosa derrota,
esa música que te abandona
en el precipicio de toda espera.
Ayer asomo por primera vez
el monstruo de mis pesadillas,
con su corazón abandonado
porque aun no comprendió
que en la muerte
esta sobreviviendo
y que una caja llena de secretos
será su aposento eterno,
junto con todas las manos
que cortó
con su voracidad perversa,
beberá su propia sangre
y se arrastrará sin tregua
en su círculo vicioso
de piel y oscuridad…
|