Se insultó frente al espejo. Odiaba que no le salga el nudo corazón. Ese nudo corazón que tanto le gusta a Roció, ese que al Tano le sale perfecto, Pablo nunca pudo conseguirlo. Desencantado, ajustó un poco más la corbata para abandonarla cuando percibió que vibraba su celular.
“Que extraño, Roció a esta hora sabiendo que estoy en casa” pensó al distinguir el origen de la llamada.
Su mujer se estaba bañando y con mucha precaución resolvió atenderla.
-Hola, mi amor, sé que no es buena hora para llamarte, ¿podes hablar?- Pregunto ella llorisqueando.
-No mucho, Marta se esta bañando. ¿Que pasó?-
-Anoche discutí muy fuerte con Rocco y le conté todo lo nuestro. Te pido disculpas, pero ya no soporto que me toque. Me empezó a acariciar, lo rechacé y se incomodó bastante. Discutimos mucho y me pregunto si vos tenías algo que ver en todo esto. Le dije que si y termine confesando todo. Espero que me comprendas, solo deseo estar con vos, ya no puedo sobrellevar esta vida.-
-Te comprendo perfectamente. Quédate tranquila, te llamo en un rato cuando esté fuera de casa y tomamos un café- Respondió apresurado mientras se habría la puerta del baño.
-Por favor, que sea cuanto antes, estoy desesperada. Además me dijo te iba a llamar para hablar con vos.-
-Bueno…bueno- Señaló Pablo cambiando el tono de voz- No se haga problema quédese tranquilo. El balance se presentara en tiempo y en forma. Durante la mañana lo llamo. Hasta luego- .
-¿Quien era?- Pregunto Marta mientras se secaba los pies sentada al borde de la cama.
-Un cliente con el cual estoy atrasado y esta enfurecido.-
-Pero si alcancé a oír la voz de una mujer.-
-Bueno si, se trata de una clienta-
-¿Y porque me lo ocultabas?-
-Porque tendríamos que hablar, pero este no es el momento-
-Nunca es el momento, siempre estas apurado-
-Tengo mucho trabajo y me tengo que ir. En algún momento de hoy hablaremos- Expresó Pablo al dejar la habitación.
Ni bien tomo contacto con la calle volvió a vibrar el celular. Vio que era Rocco y dudo en atenderlo. Tal vez seria mejor que se tome unos minutos para hablar con Roció, elaborar un argumento, preparar una defensa o agudizar el ingenio en busca de alguna patraña. El teléfono se aquieto pero inmediatamente volvió a vibrar. En ese momento se decidió a atenderlo.
-Hola-
-Pablo, soy Rocco. En una hora estaré en el café que esta frente a las cocheras, quisiera verte, tendríamos que hablar.-
-Si, claro. Nos vemos ahí en una hora-
Pablo resolvió suspender sus tareas del día y consideraba que tenia muy poco tiempo para encontrarse con Roció. Estaciono el automóvil y le hablo desde allí.
-Hola mi amor. ¿Estas viniendo?-
-No. Ya me llamo Rocco y en un rato tenemos que encontrarnos en un bar.-
-No puedo creer que ya te llamo.-
-Si, hace cinco minutos-
-Debí suponerlo. Estaba muy nervioso, no durmió y caminaba por toda la casa. Ni siquiera se bañó. Ahora tengo miedo, estoy arrepentida, debí evitar ese momento, no comprometerte tanto como lo hice. Te amo. Cuídate, por favor-
-Quédate tranquila... En ese café siempre hay mucha gente y no creo que se ponga violento.-
-Bueno mi amor. De todos modos, el camino ya no tiene retorno, en algún momento viviríamos esta situación. Llámame ni bien terminen de hablar. Comprenderás lo impaciente que voy a estar-
- Todo saldrá bien. Te llamo ni bien pueda.-
-Te amo, Pablo.-
-Chau mi amor-
Extrañamente había muy poca gente en el bar. El Tano Rocco estaba sentado junto a una pared, bastante alejado de la entrada. Se lo veía cansado y sin afeitarse. Jamás lo había visto tan desaliñado, tan descuidado en su aspecto. Pablo se acercó confiado. Si bien nunca se sabe como puede reaccionar un hombre herido y engañado, conocía perfectamente el refinamiento y la elegancia de Rocco. Lo consideraba incapaz de un griterío.
Pensó que era una hipocresía darle la mano y decidió sentarse en silencio. La mirada del Tano trasmitía más tristeza que odio, más dolor que enemistad. Al percibirlo, algo más de alivio, invadió a Pablo.
-Deseaba decirte que no creo que vos y Roció estén viviendo esta historia, este enamoramiento, según ella, para cagarme a mi. Estas cosas suelen suceder y uno a veces se las merece. No te lo puedo solicitar como amigos, porque no lo somos, tal vez porque nunca nos dimos la oportunidad. Solamente nos une una relación comercial. Sos el contador de mi empresa. Pero acudo a vos de hombre a hombre para decirte que llevo veinte años de matrimonio y que quiero mucho a mi mujer. Por tal motivo, me atrevo a pedirte que me des un mes de tiempo para recuperarla. Si después de ese período, no logro reconquistarla, será tuya para siempre.-
Impresionado por el valor y la franqueza de ese hombre, Pablo respiro hondo y susurro una clara aceptación mientras se ponía de pie entre conmovido y aleccionado.
Ahora sí le tendió la mano y el Tano se la estrecho con firmeza.
Al salir del café, Pablo repetía por lo bajo las palabras oídas. Sin lugar a dudas, eran las de un caballero, las de un hombre diáfano e íntegro.
No lograba despejar esos pensamientos cuando Roció ya estaba en el teléfono.
-¿Podes hablar?..¿Estas solo? ¿Que paso?-
-Bueno…si ya hablamos y me pidió que le diera un mes de tiempo. Dice que te quiere mucho e intentará recuperarte-
-No te puedo creer. ¿Y vos que le respondiste?- Pregunto Roció subiendo el tono de voz.
-¿Qué le voy a contestar? Me hablo muy bien. Tenía que aceptarlo. No podía hacer otra cosa.-
-¿No podía hacer otra cosa? No puede ser cierto lo que estoy escuchando- Ya vociferaba Roció- ¡Vos sos un hijo de puta! Ahora me expones a tener que aguantar a este pelotudo haciéndose el galán un mes. Vos le tendrías que haber dicho que no le dabas ni media hora. Que ahora eras vos el amor de mi vida. Que ya era tarde. Que se hubiera acordado antes. Que no sos dueño de mi vida para resolver una cosa así. Pero claro no se te ocurrió.-Cada vez gritaba mas- ¡Te importó una mierda! No te molesta que me vuelva a coger. No te molesta nada porque ahora entiendo que no valgo nada para vos. Como tampoco vale nada tu mujer. Espero que recapacites y que revoques lo acordado, de lo contrario, no creo que me vuelvas a ver- Decreto Roció cortando el teléfono.
Sin mucho que pensar, Pablo volvió sobre sus pasos. Cruzo nuevamente la calle y volvió a meterse en el bar. Rocco había pedido otro café y untaba unas tostadas mientras leía el suplemento deportivo de un diario. No percibió la llegada de Pablo y se sorprendió al verlo sentado nuevamente a su lado.
-Mira Rocco, estuve pensando lo acordado y me parece que un mes es muy poco tiempo para remontar semejante derrumbe. Creo que un año seria un lapso prudencial. En ese tiempo, podrías hacer un trabajo mucho más fino y favorable.-
-No, no… un año me parece demasiado, porque si las cosas no llegan a funcionar bien, se me hará muy largo. Y no se si vos estarás todavía todo lo dispuesto que estas en estos momentos. Me parece que fue una mala idea haberte llamado-
-Bueno. Creo que no, que hiciste bien en llamarme. Me encanto conocer al hombre que hoy descubrí. Pero también es cierto que las pasiones van cambiando, sufren desencantos. Hay mujeres que se empecinan en ser trapos, aunque algunos las consideremos banderas.-
-Si, si. Te estoy entendiendo. No debí llamarte. Ahora tengo miedo en no volver a verte-
-Si, nos veremos en la cancha como cada domingo- Aseguró Pablo.
-No. A la cancha no se si voy a seguir yendo. Sufro mucho. El equipo anda muy mal y el técnico no hace ningún cambio. No le importa nada lo que sufre la gente. No tiene bolas para tomar las decisiones que hay que tomar.- Se lamento Rocco.
-Estoy de acuerdo, pero deberíamos ir y hablar con el o con el presidente. Si te parece, nos ocupamos de eso y ponemos la seriedad y el respeto que esa institución que es nuestro club se merece.-
-Seria fantástico. Anoche ni dormí pensando en eso. Camine por toda la casa buscando una persona de confianza para hacernos cargo y resolver algo que me hace tan mal.-
-Contá conmigo Tano, el domingo nos vemos en la cancha.-
Se puso de pie con otro talante. Le volvió a dar la mano pero noto que en esta oportunidad, Rocco no se la soltaba. Lo atrajo hacia el y por lo bajo le hizo una oferta.
-No te vayas que te voy a enseñar como hacer el nudo corazón. Ese que llevás es una cagada.-
-Gracias Tano, te lo agradezco, pero ya no hace falta-
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