Entre columnas desnudas de marmol,
que sostienen desde tiempos memorables,
los cielos y estelas luminosas,
que alumbran hasta las sombras proyectadas por las rocas.
Puedes ver con imperiosa dificultad,
siluetas estiradas de formas irregulares,
que emanan espectros desalmados,
tratando hacerse un espacio en la nebulosa difusa.
Y a través de lagunas de olvido,
percate un reflejo permanente
que no respeta los augurios de los tiempos,
y que se escondio en ese lugar para disipar lamentos callados.
Mirad los nubarrones grises que flotan,
semejan la repulsión de dioses exiliados,
que han caido en guerras humanas,
formadas por la decepcion y la falta de fe a los imponentes.
Y mis sonidos reforzados por mi sed y curiosidad,
sólo hace que el paisaje sea mas espeso,
aún puedo ver como mi boca salpica niebla densa,
estoy escondido en una cortina de vapor.
Y las espigas del cardo santo,
lastimaron mis heridas suturadas del pasado,
y no me dejan escapar, me siento atrapado,
y veo como la nebulosa se me acerca.
Siento esa atracción,
quiero caer a esa tentadora trampa,
las ganas de saber que hay detras de esas nubes,
me alimentan las ganas de ingresar al olvido.
Es mejor hacerme el indiferente,
dejar pasar las cosas que te agobian,
y caer en la cotidianeidad,
de vivir lo mismo una y otra vez, como ciclos reforzados en el tiempo.
Y morir sin soltarme de mis pensamientos,
fallecer con dignidad mental,
escupirle en la cara al destino,
y dejar el maldito en mundo con un insano sabor a orgullo en la boca. |