Señores aquí presentes,
Se me acusa de inocencia
Con una suave tendencia
A versos intrascendentes,
Que ni fríos ni calientes,
Como respirar calmado
De un susurro extraviado.
Se me llama incompleta,
Que el poeta no es poeta
Sin su clamor exaltado.
Yo le digo a mis jueces,
Que sin pena ni sonrisa
Camino sobre ceniza
De tanto quemar los meses.
Por los jardines inertes
Voy cortando flores blancas
Y con esta voz que sangra,
Si nadie presta atención,
Voy hiriendo una canción
Con los filos de mi alma.
A quién escuche este caso,
Yo declaro, sin vergüenza,
(Pues intuyo lo que piensa),
Que las noches me las paso,
Apenas llega el ocaso,
Atrapando mariposas
Y con mano caprichosa
Bordándolas en frazadas
Donde envuelvo apenada
Mi soledad silenciosa.
Sin embargo, gente ingrata,
También tengo plumas negras,
Aunque esto no me alegra,
Y me pongo como gata,
Una actitud innata.
Soy serpiente, que maldita,
Guarda su rabia marchita
Y se enrosca en su seno,
Porque muerde sin veneno,
Asesina sin víctima.
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