Perdida en el inmenso y negro cielo de la noche, tímida, parpadea ella, mi estrella.
Rodeada y apabullada por miríadas de hermanas, a cual mas bella, apenas imperceptible, tintinea ella, mi estrella.
De luz apocada, como vela entre soles, brilla ella, mi estrella.
Cada vez que me tumbo sobre la pradera, cansado de lo que me rodea y buscando algo de calor en mi corazón, mi vista la busca a ella, mi estrella.
Siempre acompañándome, siempre ella. Tan sola, entre tantas estrellas mucho más bellas, luce ella, mi estrella.
Tanto la adoro que le puse nombre para sentirme más cerca de ella. Tan pequeña, tan tenue, tan tímida, tan poca cosa entre tanta estrella bella, ahí esta Arabella, mi estrella.
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