Es un cuento de Enrique Mariscal, pero quiero compartirlo con ustedes porque es lo que siento para con mis amigos! Gracias!
No te preocupes, Natacha!
Que valioso que es en la vida, saber que tenemos amigos leales con quienes podemos contar.
Natacha e Iván se querían mucho en su feliz matrimonio. Pero Iván era un hombre muy vital, tenía problemas biológicos de excedentes y engañaba a su mujer. Eso si, iba siempre a horario para la cena, alegre y con mucho apetito, indeclinablemente fiel a la buena cocina de su esposa.
Los amigos, conocían las debilidades y trampas de Iván, pero lo comprendían y lo toleraban. Confiaban en que con los años el cuerpo iba a poner un sabio limite a sus excesos eróticos.
Pero una noche Iván, no volvió a cenar ni a dormir. Natacha desesperada envió con un mensajero, una esquela a los siete grandes amigos de su marido:
“Anoche Iván no vino a dormir. Por favor contéstame de inmediato si sabes algo de èl”
El correo regreso con las siete respuestas de los solícitos amigos. Todos querian tranquilizar a la preocupada esposa:
“No te preocupes Natacha. Iván paso la noche en casa, esta muy bien. Ya te explicará”
Cuando Iván regreso a su casa no encontro justificativo válido, tuvo que soportar una tormenta de indignación de su esposa furiosa con él y con sus mentirosos amigotes.
Iván aguanto la reprimenda sabiendo que iba ser tan fugaz como intensa. Lo que mas lo ayudó en la emergencia fue la alegría que le proporcionaba el saber que tenia amigos tan firmes.
“Como se jugaron”, se repetía por dentro con felicidad mientras volaban por su cabeza los platos que él prefería llenos de buena comida.
“Como se jugaron”, pensaba y agregaba, sin éxito: “No te preocupes, Natacha”
El hombre mas rico no es el que retiene el primer peso que ganó, sino el que conserva el primer amigo que tuvo.
|