Vulnerable.
(Serie de la memoria)
Un lento mar invade
los patios y las celdas,
relata con un hilo de sangre
un sueño, cae en los pozos
de húmedos relámpagos,
corroe el ojo de las cerraduras
los barrotes, penetra los silencios
las cadenas los gemidos,
devora los números en los
calendarios de la espera,
las razones de las piedras,
mientras se doblan los rincones
tropezando por dentro.
Silabarios de la fantasía y el cálculo,
que crecen como un organismo vivo,
carne, hueso, fuego,
dolor, mierda, locura,
intoxicación, visiones,
todo lo que ha venido
azotando al mundo desde siempre,
en tanto, no obstante, entre los huesos,
entre la vida abierta,
los pasillos traen las botas
de los verdugos, y el dolor
transpira en los oídos,
y no es más que un día
recostado en otro día,
que pega con un martillo,
y nada, todo es asedio,
ritual de la miseria ,ya,
residencia de los muertos,
pero no hay palabras, si,
trapos pestilentes cubriendo
las heridas, ojos oscuros en
rostros de luto, a recaudo de
un largo susurro que muere
en las paredes, y el mar,
traga invade ahoga todo, crece
junto con la luna,
arrastra sobre las piernas
caracoles repletos de abalorios
de espinas de esquirlas,
del sonido del veneno,
de los perros que vigilan
de los perros que caminan
en uniformes oscuros,
ambos, con la tenacidad sombría
de servir a la muerte,
allí, donde tú estabas,
sentada en los rincones
que te quedaban del alma,
y yo siguiéndote por los
instantes de otras vidas,
por todos los huecos
parte por parte de mí,
por cierto, no fue culpa de tus
ojos inocentes, ni de tus sueños
de entrega,
ellos, entraron con el odio,
ciegos, hasta tu corazón,
erosionaron tus paisajes,
las huellas de tus manos,
y hoy, aquí, entre las horas,
el cansancio comienza a ser cárcel ,
arroja brumas sobre mis lentes,
enfría el café , conjuga fantasmas
nomina posibles no objetos,
se asienta en la melancolía
que no cae ni en un beso,
cercos que descienden al mar,
cerca de la garganta seca,
donde ahoga las palabras,
y el mar te cubre
como si nada pasara
como si aun estuvieras,
de guardapolvo blanco
de ojos claros,
y el amor, el amor es una red
que se teje y se desteje,
tratando de morder las razones,
¿Dónde estaba dios cuando te fueron?
paseando inútiles coronas
de espinas, sobre el dolor
de los maderos, y esa cruz,
sombra de la vida
en los hombros de mi memoria,
y este poema,
patricia,
que abre túneles de sangre
en ciertas noches,
donde vulnerable a tu recuerdo,
lloro solo,
compañera del alma,
compañera………..
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